Movimiento Izquierda Unida,MIU,dice Trujillo culminó uno de los periodos más trágicos y doloroso de la Rep.Dom.

A CINCUENTA AÑOS DEL AJUSTICIAMIENTO DEL TIRANO

El pueblo dominicano conmemora este 30 de mayo la jornada en la que se ajustició al tirano Rafael Leónidas Trujillo y Molina.

Culminaba así uno de los períodos más trágicos y dolorosos de nuestra historia reciente, marcado por la represión, el atropello, la supresión de las libertades públicas, y la explotación de las riquezas nacionales para beneficio del clan trujillista y la oligarquía cómplice que se benefició con su mandato.

Fueron treinta largos años de feroz dictadura en la que se corrompieron las instituciones, las leyes, y la vida pública y privada de los dominicanos; se sustituyeron los nexos naturales entre las personas por una fidelidad incondicional al déspota basada en el terror y la inseguridad. La simulación, la delación y el silencio formaron parte de esta herencia. La política dejó de ser una forma de participación ciudadana para convertirse en un carnaval de adulación y loas, cada vez más delirantes; de concesión de honores inmerecidos al déspota y sus más allegados, y de corrupción rampante.

Mientras el pueblo era obligado a callar y doblar la cabeza para no morir de hambre, el Trujillato encarcelaba, torturaba y asesinaba impunemente a sus mejores hijos e hijas, sin importarle la edad, el sexo o la condición social. Las Fuerzas Armadas fueron usadas, no para defender la integridad territorial de la nación, sino para reprimir al propio pueblo que la constituía.

La censura de prensa, las campañas de descrédito y mentiras, la represión y las presiones económicas, silenciaron las voces dignas que intentaron alzarse contra el crimen y las forzaron a huir del país para poder gritar al mundo la magnitud de la barbarie que se cometía. Destacados intelectuales como Juan Bosch, Pedro Mir y Juan Isidro Jiménez Grullón, por solo citar tres, tuvieron que hacer su obra y luchar desde el exilio, cuando se les negó la posibilidad de hacerlo en el país. Otros, como el gran historiador Américo Lugo, fueron sometidos al ostracismo, por no aceptar la indigna propuesta de convertirse en el historiador oficial de la dictadura.

También debe decirse que Trujillo se rodeó de importantes intelectuales, que por miedo, ambiciones personales o cálculo se convirtieron en defensores y promotores del Trujillismo, ocupando, frecuentemente, importantes cargos públicos.

La política exterior de Trujillo también formó parte de este desolador panorama. El anticomunismo y la alienación servil con el imperialismo yanqui durante la época de la Guerra Fría, fueron sus estandartes en la arena internacional. Fuera de sus fronteras, el régimen exportó el mismo terror que le sobraba dentro. Sicarios y espías, amparados por los diplomáticos del régimen, y protegidos por dictadores como Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, en Venezuela; los Somoza, en Nicaragua; Gerardo Machado y Fulgencio Batista, en Cuba; Rojas Pinilla, en Colombia, y Francisco Franco, en España persiguieron, secuestraron y asesinaron a sus adversarios, con absoluta impunidad.

Personajes siniestros al servicio de Trujillo, como Félix W. Bernardino y Johnny Abbes, se relacionaron con las muertes y desapariciones de Sergio Bencosme, Andrés Requena, Mauricio Báez, Pipí Hernández, Jesús de Galíndez y José Almoina. También con el atentado dinamitero que, en Caracas, casi acaba con la vida del Presidente Rómulo Betancourt.

Debe recordarse también que ese irrespeto de Trujillo por las leyes internacionales y la propia vida humana tuvo un momento climático a fines de 1937, cuando, por órdenes directas del tirano, se asesinaron a miles de haitianos en zonas cercanas a la frontera con ese país.

Con la muerte de Trujillo culminó solo una etapa de un proceso histórico que llega hasta nuestros días. Las mismas fuerzas que se beneficiaron y fueron cómplices de la dictadura, tras quedar impunes y retener lo robado a la nación, se aliaron al imperialismo yanqui durante la ocupación de nuestro suelo en 1965, y se expresaron en sucesivos gobiernos neo-trujillistas que también practicaron la represión y el saqueo de las riquezas nacionales.

El país no ha acabado definitivamente con la herencia del tirano, ni con las consecuencias de su gobierno. Es cierto que se pueden mostrar avances democráticos, pero en lo profundo de nuestro ser nacional yace un proceso histórico no concluido, de cuya existencia son muestras la corrupción, la inseguridad, la falta de justicia social, la apatía y la insolidaridad, el abuso con los más humildes y desamparados y la explotación del pueblo.

Trujillo murió hace cinco décadas, pero el Trujillismo vive hoy en los males de la nación. Avancemos hasta desterrarlo, definitivamente: es la deuda histórica que aún tenemos con sus víctimas y con las futuras generaciones.


Miguel Mejía
Secretario General.
Movimiento Izsquierda Unida, MIU

Públicado por:
www.realidadesdepedernales.com

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Acerca del periodista Alberto Odalis Báez

Periodista con más de 40 años en el ejercicio de sus labores para diferentes medios radial y escrito,como son: Clarín Informativo, Noticiario Cristal, Radio Reporte, de la Voz del Trópico, Radio Cadena Informativa en Radio Cristal, Noti/tiempo de Radio Cadena Comercial, Radio Antillas y Diario Noticias de Radio Barahona,también de El Nuevo Diario,Ultima Hora y otros. Actualmente Báez es corresponsal del periodico matutino Listín Diario y productor del programa de radio "Pedernales y su Desarrollo" .

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