Puerto Príncipe, Haití
El jefe de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), Mariano Fernández, considera que ese país caribeño "no se puede comparar hoy en día con el de hace un año, ni en lo económico ni en lo institucional", y defiende los logros alcanzados por la fuerza de la ONU.
Fernández, representante del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, hizo estas consideraciones en una entrevista con Efe en la que analizó el desarrollo del proceso de reconstrucción que vive Haití, país que estos días recuerda el sismo que dejó 300.000 muertos el 12 de enero de 2010 .
El jefe de la misión de la ONU recordó que en el último año Haití eligió un nuevo presidente, formó Gobierno, eligió al presidente de la Corte de Casación y alcanzó, en suma, "avances objetivos".
"Claro que quedan 500.000 personas que viven en campamentos de desplazados, pero había 1,8 millones" tras el terremoto de 2010, declaró.
Fernández agregó que, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Haití, duramente afectado también por una epidemia de cólera desatada en octubre de 2010, que ha causado más de 7.000 muertos, registrará en 2012 un crecimiento económico del 8 %.
"Si se cumple, va a ser un gran éxito, porque significará que se producen avances en la agricultura, que la reconstrucción está avanzando y que se inicia una actividad turística un poco mayor que hasta ahora, que es prácticamente cero", argumentó.
Pero recordó que todos estos avances son una tarea propia de Haití como país y que la función de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) debe ser contribuir a que se dé un marco general que favorezca esas mejoras.
Subrayó que si el crecimiento alcanza el 8 % se dispondrá de "un potencial de distribución que no existía".
En la actualidad, opinó, existen "condiciones para alcanzar una cierta velocidad de crucero" y la labor de la misión que dirige debe centrarse en seguir trabajando en los aspectos de la seguridad para que cuando esta fuerza salga de Haití, el clima sea de tranquilidad "y el país pueda tomar sus decisiones".
Aunque descartó que esta fuerza de estabilización pueda transformarse en fuerza de desarrollo, resaltó que muchas de las tareas que lleva a cabo "tienen un subproducto de desarrollo".
Mencionó entre ellas la colocación de alumbrado nocturno en ciertos barrios marginales, "zonas en las que antes nunca hubo luz", un servicio que aporta seguridad y desarrollo al mismo tiempo.
También se refirió a otras acciones emprendidas por la Minustah, como la creación de edificios judiciales y la instalación en siete municipalidades de salones polivalentes que proporcionan seguridad y refugio a los habitantes en caso de tormentas o huracanes, pero que también pueden usarse como lugar de reuniones, asambleas, cine u otras actividades.
Acerca de las exigencias de algunos sectores de la población para que la misión abandone Haití, el diplomático chileno aseguró que "la Minustah es una fuerza transitoria. No tiene que quedarse más que el tiempo necesario", y a la vez defendió el valor de su presencia y su contribución a la paz y la seguridad.
El rechazo de la población a la Minustah se avivó tras revelarse el caso de un grupo de militares uruguayos integrantes de esa misión acusados de la presunta violación de un joven y luego de que informes técnicos atribuyeran la epidemia de cólera en el país a vertidos fecales del contingente nepalí a un río.
Según dijo Fernández, Haití presenta hoy en día una de las tasas de criminalidad más bajas de la región caribeña, junto a Antigua, Bahamas y Cuba, con un índice de 8 o 9 homicidios por cada 100.000 habitantes.
El objetivo de la misión, explicó, es dotar a la Policía haitiana de la envergadura necesaria, que se alcanzaría al pasar de los 10.000 agentes actuales a los 16.000.
En cuanto al proceso de retirada progresiva de la Minustah, decidido por la ONU, ya está en marcha y se prevé que en 2012 se reduzca un 15 % el volumen de las tropas, ritmo que se mantendrá "si el país sigue ganando estabilidad política".
En todo caso, Fernández mencionó un estudio de la Universidad de Columbia (EE.UU.) que indica que el 85 % de la población desea que la misión siga en el país. "Pero no tenemos intención de estar un día más de los necesario", reiteró.
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