El cementerio Cristo Redentor parece una selva por la falta de limpieza
En el camposanto de la Máximo Gómez se roban hasta las velas
El sacramental de Cristo Rey está impecable, pero no le cabe ni un huésped más (Fotos: Carlos
Carrasco)
El abandono en que se encuentran los distintos cementerios del Distrito Nacional, los recurrentes atracos a los visitantes y la profanación de tumbas han convertido estos sagrados lugares en zona de terror, situación que al parecer las autoridades municipales no visualizan, ni tienen en mente enfrentar.
Para las familias que visitan los panteones de sus seres queridos, los cementerios públicos se han transformado en lugares de sobresaltos, por la inseguridad y el bandidaje existente en los camposantos.
La situación de inseguridad verificada en los sacramentales ha ido acrecentándose en la última década, puesto que se ha confirmado un incremento de antisociales que los usan como refugio, al tiempo que no demuestran ningún tipo de respeto por los sepulcros. A este ambiente se le suma el descuido del ornato y falta de iluminación.
Durante un recorrido de este multimedios DominicanosHoy por los tres principales cementerios de la capital: Máximo Gómez, Cristo Redentor y el de Cristo Rey, se pudo observar un entorno idéntico, reflejado en la mayoría de las tumbas, las cuales se encuentran cubiertas por las malezas y montones de basura en su entorno.
Este ambiente visto en menor proporción fue en el cementerio de Cristo Rey, el cual está en mejores condiciones; pero, sin capacidad para sepultar, contrario al Máximo Gómez y Cristo Redentor, que las personas tiene temor de frecuentarlos.
Pese a los esfuerzos por conocer las razones por las cuales estos lugares se mantienen en esas condiciones, no fue posible, puesto que los administradores, coincidencialmente, se encontraban realizando funciones fuera de los lugares.
Dificultades
El Cementerio Nacional de la Máximo Gómez en la actualidad se encuentra en un estado deplorable, debido a que la mayoría de sus tumbas están atiborradas de marañas, lo que hace más propicio los robos de puertas de hierros y luces de los panteones, problema al que no se le ve una solución inmediata.
En tanto que en el Cristo Redentor, su principal vía de acceso y otras secundarias están deterioradas, con enormes hoyos y zanjas que dificultan el movimiento de los fúnebres.
Otra realidad que aumenta la posibilidad de hurtos y agresiones a los visitantes es que durante las horas del día los habitantes de los barrios circundantes lo utilizan para transitan en vehículos y motocicletas de un sector a otro, principalmente hacia Los Girasoles y Pantoja.
En el cementerio de Cristo Rey la principal preocupación de los residentes cercanos, lo constituye las constantes exhumaciones (llevados a fosa común), realizadas para poder sepultar otros cadáveres
Una de las circunstancias que ha provocado que este cementerio no tenga más plazas, se debe a que tienen que recibir los difuntos de la totalidad de las barriadas del Distrito Nacional y en menor cantidad de la provincia Santo Domingo Norte.
Profanaciones
La señora Bienvenida Díaz, de 85 años de edad, residente en el sector Mejoramiento Social, por más de 20 años y cada 15 días visita el nicho de su difunto esposo en el cementerio de la Máximo Gómez, para lo cual se hace acompañar del señor Manuel Vizcaíno, por temor a que los facinerosos la despojen de sus pertenecías.
Al referirse al ambiente de inseguridad en ese camposanto, la dama narró sentirse preocupada por las constantes profanaciones acontecidas en el lugar y explicó que el sepulcro de su difunto marido ha sido saqueado en varias oportunidades. Agregó que en los panteones no pueden floreros, velones, ni ningún tipo de utensilio de metal: “porque todo se lo llevan”.
Demandó del alcalde Roberto Salcedo ocuparse de resolver las dificultades y las condiciones deprimentes en la que se encuentran los cementerios y evite que grupos de personas tengan la limpieza de las tumbas como un negocio personal.
En los Estados Unidos, Europa y algunas naciones de Latinoamérica, los camposantos representan parte fundamental de los atractivos turísticos, como soporte a la cultura de los pueblos.
Resulta lamentable que los cementerios estén convertidos en madrigueras de antisociales por la falta de protección y mantenimiento, lo que demuestra que en República Dominicana los fieles difuntos no descansan en paz.
www.realidadesdepedernaloes.com Fuente:Dominicanos Hoy
 | Wiwi Title |
0 comentarios:
Publicar un comentario