La política es una
ciencia que si bien se empleara como debe ser, los politiqueros no cayeran en
tan bajas proporciones del liderazgo para hacer de los pueblos pobres y
humildes una lupa que aluzara a todo el mundo, sin importar la ubicación política,
racial, religiosa, económica o de pobreza donde se encuentren.
El político debe practicar
y hacer de sus aspiraciones una ciencia, en la que verás que si se consagra
como debe ser su liderazgo nunca caería en el vacío y su popularidad seguirás
corriendo encima de los rieles, por donde circulan y deben llegar a un puerto seguro y feliz.
En algunas ciudades ver
a personas haciendo política, de la forma que la hacen dan hasta miedo y asco, pues
solo en el momento que quieren el apoyo es cuando llaman y prometen lo que no
tienen y cuando suelen conseguir se olvidan de esas promesas y se les olvida
hasta el nombre de las personas, unos que otros, ni siquiera levantan un teléfono
a quien o quienes parecían conocer y compartir en los momentos de sus
aspiraciones.
Ser político y llegar a
una posición que con un porcentaje o la totalidad de los votos, es deber
reconocer que esa digna posición pertenece a todos y que por ende, aunque haya
pagado dinero o prestado algún servicio, fue una decisión en las urnas de
buenos o malos, pocos o muchos, feo o bonitos, pobre o ricos y más aun de
enfermos o saludables.
Primero para hacer política,
debemos estudiar esa ciencia para evitar caer en el odio de muchos y hasta el
rechazo de otros, que en definitiva lentamente la iremos pagando muy caro, y
más aún si abusamos de la pobreza y de la dignidad humana.
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