El colesterol alto es un trastorno que cada vez afecta a más personas en el mundo como consecuencia de la mala alimentación y el estilo de vida moderno que somete al cuerpo a un estrés constante.
Las personas que tienen esta enfermedad no la pueden sentir de una forma tan evidente como un dolor de cabeza o un problema digestivo. A menudo, los síntomas aparecen cuando los niveles aumentan y empiezan a provocar enfermedades cardiovasculares, como es el caso de la aterosclerosis, cardiopatía o accidente cerebrovascular.
¿Qué es el colesterol?
Es una sustancia grasa presente en todas las células del cuerpo y necesaria para el cumplimiento de diversas funciones vitales.
El hígado es el responsable de producir la mayor parte del colesterol y, a través del consumo de alimentos como la carne, los huevos, las grasas saturadas y los lácteos, se absorbe la otra parte hasta elevar los niveles por encima de lo adecuado.
Según su composición el colesterol se divide en:
Lipoproteínas de alta densidad (HDL): también conocido como colesterol “bueno”, por su capacidad para reducir el riesgo cardiovascular.
Lipoproteínas de baja densidad (LDL): llamado popularmente colesterol “malo” por ser el causante de problemas del sistema circulatorio y cardíaco, siendo el que más afecta a la población.
Colesterol total: la combinación de los colesteroles.
¿Cómo se diagnostica el colesterol?
Al principio es muy difícil diagnosticar este problema de salud, por la ausencia de síntomas concretos que permitan alertar alguna anormalidad.
Cuando los pacientes consultan por algún síntoma inusual o por simple chequeo, los médicos pueden diagnosticar los altos niveles de colesterol mediante un análisis de sangre que requiere entre 10 y 12 horas de ayuno.
Si el examen resulta positivo y revela niveles de colesterol por encima de lo normal, es preciso consultar a un especialista para iniciar un plan que ayude a disminuirlo.
¿Se puede reducir el colesterol de forma natural?
Por suerte la respuesta es sí. No en todos los casos se requiere un tratamiento farmacológico para ponerle freno a este problema, ya que se ha comprobado que modificar los hábitos de vida y, en especial, la alimentación, puede disminuirlo.
Para reducirlo se debe evitar al máximo los alimentos de origen animal, así como mejorar la dieta con el incremento del consumo de frutas y verduras.
También se recomienda evitar el estrés y adoptar una rutina de ejercicios diaria que contribuya a un mejor funcionamiento de todo el cuerpo. Tomado de DominicanosHOY
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