La anemia es una condición médica por la cual se produce una disminución en la concentración de glóbulos rojos, que son los encargados de transportar oxígeno a las células del cuerpo. Las personas que padecen anemia suelen tener un aspecto débil y menos energía para realizar actividades, debido a que sus corazones deben trabajar más para poder suministrar glóbulos rojos en todo el cuerpo.
Para nuestra fortuna, la anemia no es considerada una enfermedad y es muy fácil de tratar. Si sospechas que padeces esta condición no dudes en consultar con un médico y realizar los exámenes correspondientes para obtener un diagnóstico acertado.
¿Por qué desarrollamos anemia?
La anemia ocurre cuando el cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos, o cuando éstos no poseen suficiente hemoglobina, una proteína encargada de transportar oxígeno desde los pulmones hasta las diferentes células del cuerpo.
Para explicarlo de otra forma, imagina que la sangre en tu cuerpo representa un sistema de transporte donde los glóbulos rojos son los vehículos y el oxígeno los pasajeros, que necesitan ir a trabajar a las diferentes células y órganos de tu cuerpo.
Cuando pierdes demasiada sangre o el volumen de pérdida supera el volumen de producción de nuevos glóbulos rojos, es posible que desarrolles anemia. Debido a la menstruación, el embarazo o las hemorragias postparto, las mujeres tienden a ser más propensas a desarrollar anemia. Por otro lado, las hemorragias por traumatismos, las hemorragias internas causadas por úlceras u otros problemas digestivos también pueden ser causantes de anemia.
Anemia y nutrición
Existen diferentes tipos de anemia. El más común es la anemia por déficit de hierro, que sucede cuando la persona tiene bajos niveles de hierro o es incapaz de absorber dicho mineral en su organismo. La deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico también puede derivar en anemia. En los casos más extraños, esta condición es desarrollada por la influencia de enfermedades sanguíneas hereditarias, como la anemia aplásica o la anemia talasemia.
¿Cómo saber si padeces anemia?
En primer lugar, la anemia no es una condición evidente, ya que sus síntomas suelen confundirse con cansancio normal. Si la anemia es leve, la persona sentirá debilidad, fatiga y dificultad para respirar. Si la condición no es diagnosticada de forma temprana, los síntomas pueden empeorar e incluir dolores de cabeza, mareos, aumento de la frecuencia cardíaca, zumbidos en los oídos, o el síndrome de las piernas inquietas. Además, cuando una persona tiene anemia, se produce un aumento de la pérdida de cabello, un cambio en la coloración de la piel y uñas, que por lo general adquieren un color pálido. La mejor forma de corroborar los síntomas es mediante un análisis de sangre.
Anemia leve
• Debilidad
• Fatiga
• Dificultad para respirar
Anemia moderada a severa
• Aumento de la frecuencia cardíaca
• Mareos
• Dolor de cabeza
• Síndrome de las piernas inquietas
• Zumbidos en los oídos
• Pérdida del cabello
• Piel pálida
Otros signos
• Uñas pálidas y quebradizas
• Manos y pies fríos
• Temperatura corporal baja
• Disfunción sexual
• Cortes que tardan en cicatrizar
• Incapacidad para concentrarse
Tratamientos y remedios caseros
Suplementos de hierro
Debido a que la principal causa de anemia es la deficiencia de hierro, es doctores suelen recetar suplementos de hierro que pueden conseguirse en cualquier farmacia. La ingesta excesiva de hierro puede ser tóxica, por lo que siempre es necesario acudir a un médico para determinar la cantidad de hierro necesaria para tratar tu caso.
Bananas, miel, almendras y cebolla
La buena noticia es que, además de ser deliciosos, estos alimentos son conocidos por estimular la producción de hemoglobina. Comienza con tu día con una saludable y beneficiosa combinación de bananas, miel, almendras, granola y yogur para tu desayuno.
Evita consumir alimentos que inhiben el hierro
Debes evitar consumir estos alimentos antes de las comidas, ya que pueden impedir la correcta absorción del hierro:
• Vino tinto, té verde y negro, uvas y otros alimentos ricos en taninos.
• Café, chocolate y otros productos ricos en cafeína.
• Leche y productos lácteos.
• Yemas de huevo.
• Productos de soja.
Vitamina C
Esta súper vitamina promueve la correcta absorción de hierro en el organismo. Este nutriente se encuentra en muchas de las frutas y verduras coloridas, como naranjas, frutillas, granadas, o dátiles.
Fuente
Consume alimentos ricos en hierro
El hierro puede obtenerse mediante la alimentación, siguiendo una dieta con opciones alimenticias saludables. En la siguiente lista encontrarán las mejores fuentes de hierro, tanto animales como vegetales.
Opciones animales
• Almejas
• Ostras
• Pescado
• Carne roja
• Hígado de pollo
Opciones vegetales
• Cereales fortificados
• Legumbres y frijoles
• Espinaca y otros vegetales de hoja verde
• Melaza negra
• Frutas deshidratadas, como pasas, ciruelas o duraznos.
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