Periodista, residente en Santo
Domingo-
Cuidar a los
menores tiene una importancia capital
para los países que desean ciudadanos
ejemplares que sirvan de modelos a la posteridad.
Se asume que el mejor
modelo para los hijos es el padre y la madre, en el entendido de que nadie
quiere tanto a estos pequeños como sus progenitores.
Así encontramos hijos
modelos de quienes sus papas y sus mamas se sienten orgullosos, al tiempo que
son admirados y queridos por sus vecinos. De esos menores corre la voz de que
son muchachos buenos, que no se meten con nadie ni tienen mala costumbre.
Los menores con esta
conducta positiva tienen tras de si a padres modelos que se preocupan por
su alimentación, por sus estudios, por
la forma en que se dirigen a los demás, por el tipo de entretenimiento y por
trazarles un norte positivo en sus vidas.
Además son madres y
padres que no permiten que el hijo o la hija lleguen a la casa con el cuento de
que se encontraron RD$100,00; al día siguiente RD$500.00 y luego RD$1,000.00, en tanto callan sabedores de
que tienen un ladrón en ciernes como hacen algunos papás
y mamas.
El antecedente familiar
de los amigos de sus hijos es importante, porque permite sin mucha alharaca
tener un referente de esas personas. No obstante, como humanos al fin, en una
buenísima familia puede haber un descarriado que se le ha “escapado” de a sus
padres haciéndolos sufrir.
No permitas, jamás, el
morbo de la pornografía en su hogar ya que esta es una “enfermedad” que tiene
atrapados a no pocos, y lo peor es cuando involucra a inocentes criaturas.
Nuestro país es y será
lo que quieran sus buenos ciudadanos. Se puede ser bueno y se puede llegar a la
cúspide más elevada sin cometer fechorías. El dominicano, per se, es un ser
excelente, bondadoso y cariñoso.
“Maceta”
Prefiero ver películas
de buenos autores a los programas de televisión, salvo uno que otro espacio de
entretenimiento como “A Reír con Miguel y Raymond”, por Telemicro, Canal 5,
donde me deleita el humor de este grupo
los sábados en la noche.
Admito que gozaba con
las ocurrencias del comediante Saúl
Jacob Rodríguez Gutiérrez (Maceta), joven todavía, porque lo encontraba
divertido y con chispa en lo que hacía, al igual que los demás comediantes. De
ahí que me causó un gran pesar su deceso. Nada, en su nombre, a seguir
extasiados y con más fe a este sui géneris sitio divertido que no olvidará en
toda su historia a “Maceta”, ni tampoco quienes le veían desde sus hogares por
la pantalla chica.
04-08-2016
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