El común divisor del
periodismo no tiene horizontes y todos los que componemos la sociedad en la que
estamos envueltos necesitamos de la pluma del periodismo.
En esta parte de la
frontera enclavado en el sur del país, el ejercicio del periodismo es como un profeta
sin honra, aunque en vox populi proverbio latino, se comenta “que ningún profeta
tiene honra en su propia tierra”, esta expresión solo en el ejercicio del periodismo tiene esa honra en
aquellos que saben cuantificar la importancia de la comunicación, pero para
otros el ejercicio profesional no tiene la importancia, ni el reconocimiento que por cortesía
merece.
Seguiremos trabajando
con la pluma del periodismo, abierta para aquellos que necesitan el pleno
ejercicio de la comunicación, que con el aporte del conocimiento y la entrega
de Dios, nuestro espíritu siente el deseo y la satisfacción de mantener
comunicada a las comunidades.
Sabemos que no tenemos
que hacer mucho para que se nos crea y se nos elogie, solo basta con la calidad
de lo poco, sin mucha espuma, pero con un poquito de chocolate con el sabor
que a las personas le guste y que siempre que es en su favor.
Ser comunicador en esta parte de la frontera , es visto como un servir para funcionarios y algunos
elementos que solo ven el trabajo en momentos de necesidad. Olvidándose que no
solo las redes hacen noticias veraces y que directamente e indirecta deben
llegar a integrantes de nuestra sociedad.
En este día del
periodista sabemos que no son todos lo que están, ni son los que son apáticos a
reconocer el ejercicio sano de esta profesión.
Es justo el momento
para agradecer aquellos que han apoyado un periodismo sana justo y sincero.
Siempre con o sin, estaremos
dispuestos ser los mismos hombres capaces de cumplir un deber ciudadano, sabiendo
que sin reconocimientos o con él, lo que nos llenará permanentemente será la
satisfacción del deber cumplido.
Recordando que en la
unión está la fuerza, fuera de ahí, no podremos llevar donde queremos y si
algunas vez nos acércanos nos caeremos del andamio sin poder terminar de
construir una sociedad y sus nuevas generaciones que necesitan de los hombres y
mujeres dispuestos a cambiar el error por la verdad.
Es preciso señalar que ay
tres cosas importantes en la vida que jamás regresan: la palabra empeñada, la
flecha lanzada y la oportunidad pérdida.
www.realidadesdepedernales.com
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