Por Odalís Báez y Andrés Heredia--
PEDERNALES (Rep.Dominicana).-En medio de una variedad de productos agrícolas. bebidas. ropas y otros artículos de la vida familiar, el mercado fronterizo entre esta parte y Haití se cuadruplicó este viernes día de negocio entre comerciantes dominicanos y haitianos.
Los comerciantes haitianos vendían una variedad de productos agrícolas entre yautia, ñame, yuca, tomate, papas, cebollas, verduras plátanos, guineos y otros, entre mercancías como ropas usadas y nuevas, tenis, zapatos, y productos manufacturados como leches whisky, aceite, arroz, habichuela, entre otros.
El mercado fronterizo que se realiza dos veces a la semana donde venden comerciantes en sus mayorías haitianos y en menor volumen dominicanos carece de higienes, pues los comerciantes haitianos en su mayoría, venden sus productos agrícolas y otros alimentos al granel en el patio del negocio bilateral.
FALTA DE HIGIENES
Los baños lucen mal oliento y abandonado y lleno de desperdicios de materiales de baño etc., donde todos realizan sus necesidades fisiológicas sin que los ayuntamientos de ambos lados que cobran dos veces a la semana como arbitrio hagan el menor esfuerzo para mejorar las condiciones de higienes. los diferentes productos agrícolas en su mayorías ruedan por el suelo. lo que pone en peligro la salud de los ciudadanos que compran aquí.
Este primero de diciembre cuando inicia prácticamente el proceso de las navidades cientos acudieron al mercado binacional entre esta parte y Haití en busca de comprar alimentos de la canasta familiar y ropas como otras mercancías.
El mercado dominico haitiano en esta parte de la frontera sur del país se ha convertido en un aliciente para las familias que viajan desde pueblos del interior del país a ejercer compras, también para revender en pequeños negocios.
Pese al desplazamiento de personas este viernes, como los dos días a la semana cuando está establecido el mercado fronterizo, la vigilancia de control militar del Cuerpo Especializado de Seguridad fronteriza, también se activa en las salidas y entradas del negocio, por donde los militares requisan a los adquirientes.
A la vigilancia se le suma un empleado de aduana en la salida del mercado quien lleva un control de la cantidad de ropas usadas que compran las personas que lo adquieren con fines de revender en sus negocios, lo que se presume son llevados a las oficinas de esa dependencia como usted la observa en la imagen.
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