El 10% de las personas que padecen enfermedades cerebrovasculares podría fallecer, y un 65% queda con un nivel de discapacidad que disminuye su vida productiva, según explicó ayer el neurólogo Pedro Roa, al tiempo de señalar que la población más afectada es la que tiene edades comprendidas entre 50 y 60 años.
El doctor Roa se refirió al tema al advertir que se trata de una enfermedad crónica, con repercusiones degenerativas entre las que citó el Alzhaimer.
“Una de cada cinco personas tiene lesiones cerebrovasculares. Lo que quiere decir que la enfermedad cerebrovascular impacta al 22% de toda la población, pero se queda silente porque el cerebro no duele, porque no tiene sensibilidad en sí mismo para detectar una lesión.
Roa, quien labora en el departamento de Neurociencia del Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), afirmó que la población joven no escapa de ese padecimiento, ya que puede aparecer a partir de los 20 años.
En ese sentido alertó que si ese segmento de la población se excede en el consumo de estimulantes como el alcohol, el tabaco y otras sustancias, se acelera la aparición de una enfermedad cerebrovascular.
“Estamos viendo más jóvenes, pero estos solo representan 5% de toda la casuística que uno ve en este tipo de padecimiento”.
Con relación a los servicios que se ofrecen en el departamento de Neurociencia refirió que la principal causa de consulta son los dolores de cabeza y mareos, y en cuanto al ingreso por emergencia los accidentes cerebrovasculares.
La unidad también ofrece servicios de neuropediatría del área de cardiología pediátrica, y atiende a niños afectados de epilepsia.
Enfermedades raras. El doctor Roa expresó que desde hace varios años Cedimat lleva a cabo una investigación en una comunidad de la región sur del país, donde aparece una rara enfermedad que limita las habilidades motoras de los afectados, al margen de otros padecimientos colaterales.
En ese sentido dijo que Cedimat es pionera en ese tipo de investigación genética sobre un trastorno degenerativo que se presentaba de manera hereditaria, en personas de diferentes edades.
El material recopilado en 2008 fue enviado a universidades que se dedican a la investigación genética, y fue así como se pudo detectar que la “rara enfermedad” se debía a la deficiencia de la vitamina B5 en una población relativamente pequeña, de 15,000 habitantes.
“Encontramos que la prevalencia de esa enfermedad hereditaria, que es muy rara en el mundo entero, era más de mil veces frecuente en ese grupo que en el resto de la población mundial”, refirió Roa.
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