Gracias a mi familia,
esposa e hijos y a todos los que han podido compartir conmigo los años que hoy
me permiten recordar y seguir aportando a la sociedad, porque sin ellos me
hubiera sido imposible hacer lo que ésta locomotora mantiene encima de los
rieles en que va girando la vida, sabiendo que llegará el día que solo
recordarán haberme conocido en medio de la honestidad y la perseverancia, con
el ejemplo de dar gracias por todo lo buenos y lo malo, la humildad y el
razonamiento para no pescar en mal revuelto.
Hoy me honra escribir
estar cortas palabras en un día aniversario, que nunca me había nacido la idea
de hacerlo, creyendo en los precepto bíblicos que en un cumpleaños cobro la vía
de Juan el Bautistas, cuando la hija de Herodía por influencia de su madre
le pidió al Rey Herodes la cabeza de
Juan el Bautista, lo que entristeció a Herodes, pero no podía volver atrás su
palabras por el juramento que había hecho con la cumpleañera Juan 14,7-10, pero
que me motiva esta ocasión para decirle a quienes creen en la vida que todo
tiene su tiempo y que en ese transcurrir debemos poner en alto el nombre de la
familia como primera unidad y dar las gracias al creador de todas las cosas por
permitirme vivir, con el deseo de servir, sin esperar nada a cambio que pueda
crear incertidumbre y desconocimientos a los que han hecho posible sus aportes
en el diario vivir.
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