El muro será inaugurado en mayo, anunció el presidente. Pero, la frontera seguirá porosa. Los haitianos continuarán entrando. Los tenientes, cabos y sargentos seguirán siendo acusados. Habrá generales y coroneles, que al no ser tocados, seguirán “facilitando” el ingreso de indocumentados. De este lado, Migración seguirá invirtiendo miles de pesos diarios en la persecución y repatriación de indocumentados.
Los llevarán a la frontera, pocos llegarán al otro lado y “en menos de lo que canta un gallo” estarán aquí, de nuevo en sus “puestos de trabajo” en la construcción, la agricultura, el turismo, servicio doméstico, etc. Los muros, a lo largo de la historia, no han detenido las migraciones. Los seres humanos son “aventureros” de origen. Pero debemos aclarar que muchos, sin embargo, no se van a otro país por aventura, van en busca de una mejor forma de vida. Los haitianos forman parte de este grupo. Haití es una nación colapsada. Carente de red hospitalaria, de industria, de empresas y de institucionalidad. Allí faltan empleos.
La seguridad ciudadana está en manos de bandas que controlan todo. Es imposible vivir en una nación en esas condiciones. Los haitianos no pueden ser criticados por tratar de sobrevivir y eso lo encuentran de este lado. Si a todas las dificultades que padecen, se agregan las “facilidades” que encuentran entre los “vigilantes dominicanos” de la frontera su entrada es más viable.
El muro entre México y Estados Unidos, el muro de Berlín, la vigilancia militar estricta entre España y Marruecos no evitan el ingreso de ciudadanos en busca de un mejor destino. Al muro de concreto hay que agregar el MURO MORAL de la decencia y el patriotismo que deben tener los militares. A la frontera hay que llevar verdadero apoyo agropecuario, mejor servicio sanitario, empleos. Un muro de concreto NO BASTA.
FUENTE LISTIN DIARIO
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